lunes, 6 de mayo de 2013

El error que siempre cometemos.

"Le he dado años a tías que merecían dos días y he hecho daño a otras por que no sabía" con estos versos de "Si tú no me quieres"-Tote King, os propongo un pequeño "experimento" o juego, como queráis llamarlo. Es sencillo, consta únicamente de dos partes: cambiar la palabra "tías" por un nombre (el primero que se os venga a la mente) y "otras" por otro. ¿Es fácil no? Pues no debería, aunque el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. ¿Que para qué sirve? Más fácil aún, para darnos cuenta de lo torpes e inútiles que somos a veces.
Tal vez tú no le hayas dado años a quién no lo merecía, pero seguro que si rebuscas en la  memoria, si le entregaste a alguien una porción aunque sea mínima de tu valioso tiempo y tal vez esa pequeña porción se la arrebataste a otro alguien que se merecía a cada milésima de segundo a tu lado. Lo que quiere decir que si le dejaste escapar arrebatándole su momento y dándoselo a otro, tú no le merecías. Ley de vida podríamos llamarlo, queremos lo que no tenemos, no podemos o (en este caso) no debemos tener. Como bien dijo mi profesor de filosofía hace días "Al final el más canalla siempre se lleva a la rubia" y es que las mujeres adoramos a los "canallas", no engañamos a nadie queriendo aparentar que nos gustan los hombres sensibles, generosos y modositos. Siglos y siglos de mentiras nos llevan a la conclusión de que nos atraen los hombres difíciles, distantes, peligrosos, intrigantes, los Don Juan y Casanovas, esos que nos engatusan con un halo de misterio y sexualidad que brota de cada uno de los poros de su piel y se queda impregnado en nosotras. Esos son los hombres que dejan huella. Tal vez no sea el hombre de tu vida, no de quién te enamores, ni con el que tengas hijos, pero si de aquel del que te acordarás siempre.
Vivo retrato de esto es "Cincuenta sombras de Grey" novela erótica escrita por E.L.James. Dicha novela hace que nos sumerjamos en un desenfrenado mundo de pasión de la mano del misterioso y atractivo Christian Grey del que Anastasia, la protagonista, sabe que no saldrá nada bueno al comienzo de su aventura más sexual que amorosa. Pero es así, preferimos en mil ocasiones los interrogantes a las exclamaciones, pero también de esas mil, nos arrepentimos novecientas noventa y nueve.
Solo digo y concluyo que la próxima vez que tengas que elegir entre Christian Grey o tu príncipe azul sepas bien donde te metes y que no es oro todo lo que reluce.





1 comentario:

  1. A mi me gusta pensar que soy el "Canalla" al principio, pero me convierto en príncipe después. Supongo que no lo quieres saber, porque acabas de entrar en mi perfil de adoptauntio y no me has escrito :( Y yo me he leído todo y he llegado hasta aquí!! Bueno, valía la pena intentarlo cuando vi que también te gustaba American Psycho...

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